Santa Inés: ascenso al glaciar de Peñanegra

Cumbres afiladas, unas veces nevadas y otras de verde coloreadas. Pinos centenarios que por sí solos cuentan mil y una batallas, todos ellos testigos de las duras cencelladas. 

Como si a lomos de un águila real surcáramos este paraje tan singular, con buena altura, con la perspectiva adecuada y una sublime libertad disfrutaremos de las maravillosas vistas que nos ofrece el lugar, punto de encuentro de sorianos, burgaleses y riojanos.